
A pesar de que adoro viajar, no puedo evitar sentirme estresada con los preparativos. Yo hago todo lo que sea necesario para evitar viajar en avión. Con los años parece que el miedo a volar se ha incrementado y esto, unido a las medidas de seguridad, es cada vez más molesto. Lo primero que tienes que plantearte es llevar leggings para no tener que quitarte el cinturón. Y esto no es el mayor de los inconvenientes… Busca zapatos adecuados para no quedarte descalza por si no tienen bolsas o por si no los encuentras en medio del follón de la cola y con los nervios. Sobre todo, que los zapatos no lleven plataforma, el pánico que sientes cuando pones los anillos, el reloj y las pulseras en la bandeja porque piensas que pueden desaparecer en medio del escáner…. Uffff… ¡Atenta! Que nadie se lleve tu bolso mientras atinas a ponerte un zapato o atarte los cordones!!! ¡Noooooo! Descartados los viajes en avión, a no ser que sea imposible otra posibilidad.
La siguiente opción es el tren. Bueno, genial. Si llegas un poco antes a la estación, tienes tiempo de tomarte algo, relajarte, ir de compras y subirte al tren relajada. Disfrutar del paisaje, ver alguna peli, escribir…El único problema que tiene viajar en tren es la imposibilidad de llevar todo lo que tienes o quieres llevar; pues no podemos facturar las maletas. Así que cuanto menos mejor, para no complicarnos en el tren y en la estación. Viajar con lo mínimo trae como consecuencia que llegamos a nuestro destino con lo mínimo y sin un montón de prendas que terminamos anhelando.
Y, bueno, también tenemos la opción de viajar en coche. Sinceramente, es la que más me gusta. Reconozco que peco de excesos. Me pregunto yo: ¿por qué será que las mujeres tenemos que llevar siempre el doble de equipaje que los hombres? Esa simplicidad a veces me da envidia. Cuando pregunto: ¿qué zapatos llevas? Y mi marido contesta: ¡los negros!
– ¿Solo? – Pregunto yo.
– Y, ¿para qué más?
Ah vale, ¡pues nada! ¿Como se apaña con un solo par de zapatos? Y no es que no tenga, ¡ojo! Pero a la hora de elegir, con un par le basta. Yo con el tema zapatos tengo que plantearme llevar unos cuantos: los de día, los de noche, los altos, los planos, los «por si llueve» y los de «por si acaso». Y así todo: perfume de día y de noche, bañador blanco, negro y de todos los estilos para no repetir, potingues varios (que no por ir de viaje voy a descuidarme), maquillaje, bolsos a juego con los zapatos, cargadores, móviles, cámaras y botiquín!
De verdad, esto de viajar estresa, y mucho. Pero después de un fin de semana en algún paraje retirado, unos días de relax visitando museos o quince días de excesos… Hacemos maletas como sea y…..¡Que nos quiten lo bailao!
Con cariño,
Juia H